1 de marzo de 2017
En Palabras Simples: Cosmovisión
En el post anterior, hicimos el ejercicio de tomar dos perspectivas distintas, una desde un mundo sin Dios y otra desde un mundo donde Dios existe, y evaluamos en cuál de ellas el concepto de Derechos Humanos tenía más sentido. Bueno, en esa ocasión no lo mencioné, pero estos "puntos de vista" tienen un nombre especial con el cual se les conoce más formalmente en el área de la filosofía: ambos son cosmovisiones.
Una cosmovisión es, básicamente, una forma de ver o percibir el mundo. Se compone de varias suposiciones e ideas (que aceptamos como verdaderas, ya sea consciente o inconscientemente) las cuales unidas forman un sistema que nos permite entender la realidad e interactuar con ella. Podría decirse que una cosmovisión es como el par de anteojos que usamos para mirar la vida. Todos tenemos una cosmovisión, lo queramos o no.
Por ejemplo, en el post anterior dimos una rápida mirada a las cosmovisiones llamadas "Cristianismo" y "Naturalismo". La primera se define en base a la idea de que Dios existe y que Él se ha revelado a los seres humanos en la persona de Jesucristo. La segunda se define en base a la idea de que no existe nada aparte del mundo natural (materia y energía). Estas dos creencias fundamentales son las que construyen, básicamente, dos universos distintos donde la realidad se vive y se interpreta de maneras diferentes. En la entrada anterior, sólo le preguntamos a cada cosmovisión si era capaz de justificar la existencia de los derechos humanos, pero cada pregunta importante que nos hagamos (por ejemplo, "¿cómo llegamos a existir?", "¿hacia dónde nos dirigimos?", "¿qué debemos hacer?", "¿qué es lo verdadero y lo falso?", etc.) tendrá una respuesta distinta dependiendo de la cosmovisión que estemos considerando. Sin duda, es un concepto importante.
El hablar de cosmovisiones también resulta muy útil para poder entender la forma de pensar de otras personas. A veces no entendemos por qué nuestra familia o nuestros amigos, a pesar de ser tan cercanos y tener experiencias muy similares en algún área de la vida, opinan tan distinto a nosotros con respecto a ciertos temas. La respuesta más probable es que ellos tienen una cosmovisión distinta; en otras palabras, ellos poseen una forma distinta de ver la vida porque sus creencias fundamentales son distintas a las nuestras.
Finalmente, vale la pena mencionar que una cosmovisión puede ser incorrecta. Si el par de anteojos que estamos usando nos muestra redondo y rojo un objeto que sabemos que es rectangular y verde, quiere decir que llegó el momento de cambiarlos, pues no son capaces de representar adecuadamente la realidad. De la misma forma, si una cosmovisión no es capaz de explicar satisfactoriamente nuestra experiencia humana de cada día, entonces debemos cuestionar nuestras ideas fundamentales. Es en este punto donde los cristianos afirmamos la superioridad de nuestra cosmovisión, pues sólo el Cristianismo es capaz de darle sentido a toda nuestra vida, tanto lo que experimentamos del universo que nos rodea, como lo que vemos en nuestro interior como personas. En palabras del autor C.S. Lewis, "Creo en el Cristianismo como creo en que el sol ha salido: no sólo porque lo veo, sino porque por ello veo todo lo demás".
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