5 de noviembre de 2021

Llamados a una Vida Extraordinaria

[Sermón predicado en mi iglesia local]

Texto Base: "Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron." (Marcos 1:16-20)

Hace unos días, en mis redes sociales, alguien compartió una imagen con el siguiente texto: "Mi problema no es que mis personajes favoritos no sean reales; es que yo no soy ficticio. No quiero que ellos sean reales, lo que deseo desesperadamente es que yo pudiera ser ficticio con ellos. No es que quiera que ellos estén conmigo en este corriente y ordinario mundo; lo que quiero es unirme a ellos en el suyo, que es extraordinario".

Como alguien que disfruta de una buena serie o película de fantasía, puedo de alguna manera comprender la motivación del sentir de quienquiera haya sido el autor de la imagen; sin embargo, mi primera reacción fue pensar: esta persona desconoce que nuestro mundo es cualquier cosa, menos corriente y ordinario. Nuestra vida cristiana, en particular, es sencillamente extraordinaria, y el pasaje que tenemos delante de nosotros es un recordatorio de esta verdad, como veremos a continuación.

Cuando leemos en forma aislada este pasaje en el Evangelio de Marcos, puede que nos cueste un poco visualizar el sentido de la acción de Jesús y la respuesta de los discípulos. El estilo de este evangelista está lleno de movimiento y acción, y los detalles que él elige tomar para narrar la historia tienen el fin de impactarnos, pues nos muestra a un Jesús que parece aparecer de la nada, y con autoridad llama a los pescadores, quienes sorprendentemente dejan todo lo que están haciendo para irse con este desconocido. Esto puede que nos deje perplejos, sin entender mucho de lo que está sucediendo.

No obstante, las palabras del llamado de Jesús son muy significativas, y el contexto general de los Evangelios nos puede ayudar a comprender su profundidad y por qué causaron el efecto que vemos.  


"Síganme": Llamados a conocer a una persona extraordinaria


Lo primero que debemos tener en cuenta es que, en este punto, Jesús no es un desconocido para los pescadores. Si bien no encontramos esta información en Marcos, Juan registra un encuentro previo de Jesús con Pedro y Andrés en Judea, luego de que el Él volviera de Su período de prueba en el desierto (Juan 1:35-42). Aquí, Andrés -quien es discípulo de Juan el Bautista- lo escucha dar testimonio de Jesús como el Mesías, y creyendo, fue a llamar a su hermano. Ambos reconocen al Señor y forman parte, por lo menos durante un tiempo, del grupo de Sus discípulos.

Si a eso le sumamos que este llamado de Jesús eventualmente ocurre a continuación del episodio de la pesca milagrosa (Lucas 5:1-11), podemos entender el poder de este llamado que el Señor les hace a seguirlo. No es cualquier persona la que los está llamando: es el Cordero de Dios, el Mesías, el que ha hecho milagros, el que ha demostrado dominio sobre la naturaleza, el que los busca.

Y los busca, no sólo para que sean Sus oyentes en un sentido formal y por un tiempo definido, sino para que sean Sus discípulos, para que entren en una relación con Él de tiempo completo de observar y aprender de Sus palabras y ejemplo de vida. Es significativo además que algunos estudiosos noten que -puesto que en la antiguedad los caminos solían ser estrechos- la invitación a seguir a alguien era equivalente a un llamado a caminar junto a él [1], dándole una connotación de compañerismo a la acción. Como veremos más adelante en Marcos 3:14, el llamado a seguirle implicaba un llamado a estar permanentemente con Él.

De esta manera, los discípulos reciben la oportunidad de tener comunión y de poder conocer de primera mano al Mesías, la persona más extraordinaria del planeta.


"Los haré pescadores de hombres": Llamados a una misión extraordinaria


Por otra parte, la segunda parte del llamado, “los haré pescadores de hombres”, tampoco era algo inimaginable para los discípulos, como si ellos no supieran de qué se trataba y hubieran dado un salto de fe al vacío. Cualquiera que escuchara a Jesús tendría -al menos- una idea general de Su proyecto, y ellos ya le conocían y le habían escuchado.

¿Cuál es esa idea general? La respuesta va de la mano del mensaje del Señor. Retrocedamos a los versículos inmediatamente anteriores en Marcos, y lo encontraremos: "Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio" (Marcos 1:14-15).

Al anunciar que "el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado", Jesús está marcando el comienzo de un período único en la historia, el mismo tiempo de salvación que ha sido largamente anticipado por los profetas del AT, y del cual los discípulos -si aceptan el llamado del Señor- van a tener la oportunidad de participar. Al llamarlos a ser "pescadores de hombres", Jesús los está invitando a ser participantes de Su propia misión de llamar a las personas al Reino que Dios está inaugurando, y así causar un impacto eterno en sus vidas. El Señor va a cambiar el mundo, y los está llamando a ellos a ser parte de este propósito divino. En el llamado de Jesús, estos cuatro pescadores tienen la oportunidad de involucrarse en la misión más extraordinaria de la historia.


Llamados, igual que ellos


Al llegar a este punto de nuestra lectura, sin embargo, hay algo que debemos hacer: tenemos que resistir la tentación de verla como algo legendario, lejano y desconectado de nuestra realidad actual. Cuando dije al principio que la vida cristiana es extraordinaria, no sólo lo hice pensando en relatos bíblicos como este, sino en nuestro caminar de fe actual. Nuestra vida cristiana, aquí y ahora, es extraordinaria, y lo es porque hemos recibido la misma clase de llamado que acabamos de leer.

Al igual que los discípulos, Jesús nos ha invitado a conocerlo; no de una manera impersonal o simplemente intelectual, como alguien que estudia una materia en el colegio o la universidad. Nos ha llamado a conocerlo por medio de una comunión personal con Él por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros. "Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor." (1 Corintios 1:9). Tenemos el privilegio, al igual que estos cuatro pescadores, de poder conocer a la persona más extraordinaria que ha vivido.  

Y no sólo esto: al igual que ellos, también hemos sido llamados al ministerio, a la misión extraordinaria de cambiar el mundo proclamando el Evangelio: "Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2:9). Cada día, tenemos la gracia de vivir con un propósito más grande que nosotros mismos, que va a trascender nuestra vida: el plan de Dios de rescatar al ser humano, para que viva con Él por la eternidad. Más aún, debido al carácter eterno de este Reino, nuestra labor nunca es en vano (cf. 1 Corintios 15:58): incluso la inversión más pequeña es significativa y aún la decisión más cotidiana puede tener un efecto duradero en el contexto espiritual.


Una respuesta extraordinaria


La pregunta importante que debemos hacernos antes de terminar nuestra meditación es ¿coincide nuestra visión de la vida cristiana con esta realidad extraordinaria que presenta la Escritura, o la consideramos más bien como una rutina, una carga? ¿Cuál es nuestra primera reacción al pensar que tenemos que orar, que tenemos que leer la Biblia, que tenemos que congregarnos, que tenemos que dar testimonio? ¿Suspiramos de frustración, o de anhelo por la vida cristiana? ¿Gozamos de lo extraordinario de vivir nuestra fe, o buscamos que otras ocupaciones nos "eleven", como esta persona que escuchábamos al principio? ¿Qué palabra nos describe mejor, "apasionados" o "apáticos"?

Si nuestra evaluación no es muy positiva, probablemente sea un síntoma de que desconocemos, o que hemos olvidado, el valor del llamado que el Señor nos hizo. ¿Por qué podemos afirmar esto? Porque el relato del Evangelio nos muestra la forma correcta de responder al llamado: entregarse por entero para seguir al Maestro. Lo que los discípulos dejaron atrás no fue menor; al contrario de lo que se piensa tenían una posición económica y social que no era precisamente de escasez [2], tenían sus relaciones y su proyecto de vida. Sin embargo, la vida que les ofreció Jesús fue demasiado atrayente, demasiado extraordinaria, como para rechazar o postergar el llamado [3]. El mismo Señor más tarde explicaría que la persona que realmente descubre el valor de la vida que Él ofrece es como una persona que descubre un tesoro, o encuentra una perla preciosa, y queda tan deslumbrado que es capaz de invertir todo lo que tiene actualmente por obtenerlos (Mateo 13:44-46). Esa es la respuesta de devoción que deberíamos tener frente a cada día en que abrimos los ojos como cristianos, seguidores de Cristo.

Hoy es un buen día para arrepentirnos de nuestra falta de entusiasmo, para cambiar el rumbo y valorar la vida gloriosa que tenemos como hijos de Dios, llena de sentido y llena de gozo. Imitemos a estos cuatro pescadores, que imperfectos como eran, supieron reconocer Quién los llamaba, y abrazaron el privilegio de una vida extraordinaria, como bien lo ilustran las estrofas de una antigua canción:

"Porque no quiero ser de los cinco mil que disfrutan del milagro
Prefiero ser de los doce que recogen los pedazos
Y pasar la noche en vela, juntos sobre un mar de seda
Conversar con el Maestro hasta el alba" [4]

Abracemos con todo lo que somos esta oportunidad, de tener comunión con la persona más extraordinaria que ha existido jamás, y de participar en Su propósito eterno. Es la mejor decisión que podemos tomar sobre esta tierra.





Referencias

[1] "Ha sido bien señalado por eruditos que para el mundo antiguo, no acostumbrado a caminar abiertamente en un sendero amplio como los caminantes modernos naturalmente lo harían, la palabra 'seguir' significaba 'caminar con', en una expresión moderna. Para caminar con Jesús así como Enoc caminó con Dios (Gen. 5:22), estos pescadores entregaron todos sus proyectos temporales" (Alan Cole, Mark: An Introduction and Commentary. vol. 2. Tyndale New Testament Commentaries [Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1989], p. 113, traducción personal)

[2] Como varios comentaristas indican (Craig Keener, Craig Evans, Eckhard Schnabel, Morna Hooker, etc.), la industria pesquera en Galilea era próspera debido a la gran cantidad de peces en el lago, tanto que incluso se exportaba. La buena posición de estos pescadores queda evidenciada por el hecho de que Zebedeo, el padre de Juan y Jacobo, podía permitirse mantener jornaleros, es decir, trabajadores contratados a sueldo.

[3] La palabra "luego" en el v. 18 en la versión RV60 puede ser un poco confuso, pero su sentido corresponde a un "inmediatamente" o "al instante", como se comprueba en el pasaje paralelo de Mateo 4:20 y en otras versiones en este mismo pasaje.

[4] Marcos Vidal, "Discípulos", en su disco Aire Acústico (2004)


A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera Revisión 1960 (RVR60)
Foto por Gantas Vaičiulėnas en Pexels


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