Hace algún tiempo, terminé de leer Amor Para Toda La Vida del Dr. James Dobson, un libro orientado a entregar principios útiles a parejas comprometidas o recién casados. No es una lectura extensa (sólo 125 páginas) y es muy ligera, pero sorprendentemente, está llena de consejos y exhortaciones que vale la pena recordar. Guardé algunas citas interesantes para compartir con ustedes (suficientes para unos dos o tres posts), así que si esto capta su interés, no duden en darle una mirada al libro.
"No es cierto que ya no se pueden establecer buenos matrimonios y que los esposos y las esposas están destinados a herirse y a rechazarse mutuamente. La familia fue idea de Dios y El no se equivoca" (p. 17)
"Una pareja típica se pasa un sinnúmero de horas hablando durante su noviazgo, y los dos creen que se conocen bien. Pero el noviazgo está diseñado para ocultar información, no para revelarla. Los novios hacen lo posible por causar una buena impresión, escondiendo costumbres, imperfecciones, temperamentos y hechos que los puedan hacerse sentir avergonzados. Por lo tanto, la novia y el novio se casan habiéndose hecho una serie de suposiciones acerca de cómo será la vida de ellos después de la boda. Unas pocas semanas después, se produce un enorme conflicto cuando descubren que difieren radicalmente en aquellos asuntos que cada uno considera inflexibles. Entonces se prepara el escenario para las discusiones y las ofensas que nunca ocurrieron durante el noviazgo" (pp. 17-18)
"La intimidad debe avanzar lentamente para que la relación entre un hombre y una mujer llegue a alcanzar su potencial máximo. Cuando dos personas se aman profundamente y se comprometen de por vida, por lo general han desarrollado una enorme comprensión mutua que sería considerada insignificante por otras personas. Comparten infinidad de recuerdos privados que son desconocidos para el resto del mundo. Es ahí donde mayormente se originan los sentimientos que hacen que cada uno de ellos sea muy especial para el otro. Además, es muy importante que estos pasos [de intimidad progresiva] sean dados en orden de sucesión. Cuando se llega a las últimas etapas antes de su debido tiempo, como por ejemplo, cuando los novios se besan apasionadamente la primera vez que salen juntos o tienen relaciones sexuales antes de casarse, algo precioso se pierde en su relación. En lugar de eso, el noviazgo debe ser nutrido por medio de paseos tranquilos y conversaciones en las que los dos comparten "secretos de enamorados" que colocan el fundamento de la intimidad mutua. Podemos ver cómo el ambiente actual de permisividad sexual y de lujuria contribuye a debilitar la institución del matrimonio y a dañar la estabilidad de la familia" (p. 30)
"Si esperamos vivir juntos en armonía es importante que entendamos algunas de las otras formas en las que los hombres y las mujeres somos diferentes. El libro del Génesis nos dice que el Creador hizo dos sexos, no uno; y que El diseñó cada género para un propósito específico. Fíjese bien en la anatomía masculina y femenina, y se dará cuenta de que hemos sido formados para 'adecuarnos' uno al otro. Esto es cierto no sólo en cuanto a lo sexual, sino también sicológicamente. Eva, habiendo sido hecha por Dios para satisfacer las necesidades particulares de Adán, fue entregada a él como su 'ayuda idónea'. ¡Qué lamentable ha sido el reciente esfuerzo para negar las diferencias entre el hombre y la mujer, considerándolos a los dos completamente iguales! Esto, simplemente, no está de acuerdo con la realidad" (pp. 36-37)
"En las mujeres, el amor está estrechamente unido a la autoestima. Para un hombre, las experiencias románticas con su esposa son agradables, tiernas y dignas de ser recordadas, pero no son necesarias. Para una mujer, esas experiencias son de vital importancia. Su confianza en sí misma, sus reacciones sexuales y su entusiasmo en la vida suelen estar directamente relacionados con esos tiernos momentos en que se ha sentido profundamente amada y apreciada por su esposo. Por eso es que las flores, los dulces y las tarjetas tienen más importancia para ella que para él. Por eso es que continuamente ella está tratando de despegar a su esposo de la televisión y del periódico, y no él a ella. Por eso es que el aniversario de bodas es tan importante para ella que jamás lo olvida. Y, ¡por eso es mejor que tampoco él lo olvide!" (pp. 41-42)
"No sólo he tratado de decir que los hombres y las mujeres son diferentes (eso cualquier persona puede verlo), sino también que Dios es el Autor de esas diferencias, y nosotros debemos apreciarlas. Son nuestras características individuales las que le dan novedad y vitalidad a la relación matrimonial. Qué aburrido sería si los dos sexos fueran exactamente iguales, como las feministas radicales han tratado de hacernos creer. ¡Cuán redundante habría sido para el Creador hacer caer a Adán en un sueño profundo y luego formar otro hombre de su costilla!" (p. 44)
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