16 de junio de 2020

El Consuelo de lo Inmutable


El Salmo 105 nos exhorta, entre otras cosas, a "acordarnos de las maravillas que Él ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca" (v. 5). Es interesante que esta llamada a recordar no es algo exclusivo de este Salmo, sino que frecuentemente vamos a encontrar alusiones similares a lo largo de todo el libro, acerca de pensar y a recordar las obras pasadas de Dios tanto a nivel nacional como personal:

"Me acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos." (Salmo 77:11-12)

"Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación" (90:1)

"Mas Jehová me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza" (94:22)

"Alegraos, justos, en Jehová, y alabad la memoria de su santidad" (97:12)

"Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios" (103:1)

Especialmente en este plano más íntimo, los salmistas una y otra vez encuentran motivos de fortaleza en su historia pasada con Dios, en las misericordias que Él les ha mostrado y en la liberación que Él les ha otorgado. Pero ¿cuál es la razón por la que este consuelo del pasado funciona? ¿Por qué es bueno recordar y tener presente hoy lo que Dios hizo ayer? ¿Qué relevancia tiene lo que haya sucedido años o décadas atrás?

La respuesta a estas preguntas probablemente se encuentra en lo que llamamos la inmutabilidad de Dios, la característica que Él tiene de no cambiar. Claro, hay ciertos aspectos en los que sí vemos cambios, como por ejemplo el cambio que Dios ha tenido en Su manera de relacionarse con las personas (el cambio desde la ley del Antiguo Pacto a la gracia del Nuevo Pacto). Pero a lo que se refiere la inmutabilidad de Dios es que Su carácter, Su personalidad, las virtudes y atributos detrás de todas Sus acciones siguen siendo siempre los mismos. Él no es como nosotros las personas, que podemos cambiar nuestra forma de actuar o comprometer nuestros valores y prioridades de acuerdo a las circunstancias. No es de "doble ánimo", como diría el apóstol Santiago; no tiene un corazón dividido entre afectos y prioridades distintas (Santiago 4:8, RV60). Al contrario, Dios siempre es íntegro, nunca compromete Sus estándares, y Sus prioridades y Sus afectos no cambian. Esta es en cierta medida la imagen que se nos proyecta cuando la Biblia habla de Él como la Roca: nos habla de estabilidad, de solidez y de permanencia (Salmos 18:2; 62:7; 71:3)

La inmutabilidad de Dios se traduce, en la práctica, en un carácter confiable. Si bien es imposible entender o predecir completamente la forma en que Él actúa, sabemos que cuando nos acercamos a Él no estamos a la deriva ni en la incertidumbre. Sus planes y Sus caminos son mucho más altos que los nuestros, como dice Isaías (55:8-9), pero incluso en ellos podemos tener cierta familiaridad con Dios, porque Su carácter no cambia. Podemos esperar con seguridad cosas de Él, porque no es un Dios caprichoso y voluble, sino uno de carácter firme y confiable. En Él no hay cambio, ni siquiera una sombra de variación, declara Santiago (1:7).

Es la estabilidad de esta Roca la que hace que podamos afirmarnos completamente en Él y descansar, sabiendo que Él no se moverá. Ya que Él no cambia, los compromisos que toma son firmes, los pactos que establece son confiables, y las promesas que hace, Él las cumplirá con toda seguridad. Finalmente, para responder nuestra pregunta inicial, el hecho de que Él no cambie hace posible que Sus fidelidades y bondades pasadas nos den la certeza de que Él seguirá siendo bondadoso y fiel hoy, y mañana, y por siempre. Lo que Él ha sido antes, lo seguirá siendo por toda la eternidad. Gracias al carácter inmutable de Dios, el pasado es esperanza para el presente y el futuro.

La escritora Corrie Ten Boom dijo alguna vez "nunca temas confiarle un futuro desconocido a un Dios conocido". Así que, ciertamente, podemos entregarle el día de mañana al Dios de nuestra historia y de nuestra vida.




A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera Contemporánea (RVC)
Foto por Ray Bilcliff en Pexels



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