[Este post es parte de la serie El Testimonio de los Héroes de la Fe, que puedes encontrar completa aquí]

"Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe." (Hebreos 11:7)

Luego de Abel y Enoc, el autor de Hebreos presenta a Noé como el siguiente ejemplo de fe. Su comentario es breve, pero nos permite identificar varios aspectos de una fe verdadera.

Una fe que no es ciega

"Cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían". Cuando leemos el prólogo de esta lista de héroes de la fe, y observamos la primera definición en el v. 1, "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", podríamos llevarnos la impresión de que el autor está respaldando la idea de que mientras más "ciega" sea nuestra creencia, mientras menos respaldo tenga, es mejor. Una lectura demasiado rápida de este pasaje sobre Noé, que creyó en "cosas que aún no se veían", también reforzaría esta idea. Sin embargo, en la Biblia, y en este pasaje, se pone de manifiesto que la fe no es virtuosa por ser infundada; al contrario, la fe verdadera tiene un fundamento sólido. Claro que Noé creyó en cosas que aún no se veían, esto es, en un diluvio que nunca antes había presenciado, pero lo hizo porque ""fue advertido por Dios". Aunque su confianza no estaba basada en las pruebas visibles directas, lo estaba en el carácter firme y en la veracidad de la palabra del Dios que él conocía. Su fe, por lo tanto, tenía un fundamento sólido.

Una fe que se compromete por completo

"Con temor preparó el arca en que su casa se salvase". Una de las manifestaciones de la fe de Noé fue preparar el arca. Vale la pena indicar que la palabra "temor" no se refiere a un miedo o pánico de perder la vida, sino a un temor lleno de respeto (la misma palabra se utiliza en Hebreos 5:7 para indicar el "temor reverente" de Cristo). Noé creyó tan plenamente en Dios y en Su palabra, que se volcó por entero a la obra, disponiendo la máxima preocupación y cautela en la construcción, en la confianza de que lo que vendría sería tal cual se le había dicho. Al creer que su vida estaba en la línea, y al comprometerse por entero a la labor que lo salvaría, la fe de Noé demostró ser genuina y profunda.

Una fe que soporta las dificultades

"Por esa fe condenó al mundo". Esta frase pudiera resultarnos algo extraña, pues la conexión entre la fe de Noé y la condenación del mundo no es del todo clara. Esta observación hecha por algunos comentaristas, no obstante, nos puede ayudar en este punto: debemos tener presente que así como Noé creyó y fué salvo, de la misma manera el resto de la gente podría haber creído y haber sido salvada, de modo que su justa condenación por parte de Dios fue demostrada por la fe de Noé. ¿Cómo sabemos esto? Por otro testimonio de la Escritura: a Noé se le llama el "pregonero [predicador, proclamador] de justicia" (2 Pedro 2:5). Él daba testimonio de la voluntad de Dios, y con toda probabilidad, debe haber dado testimonio de la amenaza del diluvio a aquellos que le rodeaban mientras construía el arca. Debió haber ridiculizado y rechazado, pero el hecho de que su fe se haya manifestado en un ambiente tan hostil sólo da testimonio de la profundidad de ella.

Una fe que se expresa en obras

"Fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe". Al creerle a Dios a pesar de las circunstancias naturales y la oposición de su generación, Noé demostró la clase de fe que salva, la que justifica al creyente, la que -como hemos visto- es interna e invisible, pero que demuestra ser verdadera al revelarse por medio de un testimonio visible de fe. Mientras que la fe de Abel se evidenció en la búsqueda del sacrificio más agradable que pudiera encontrar, y la de Enoc en un caminar de obediencia y comunión, la fe de Noé se manifestó en construir el arca.

Lección personal: Noé es un ejemplo para nosotros de lo que significa la profundidad y el alcance de la verdadera fe. Hoy en día es popular ver la fe como un deseo agradable, como la esperanza en algo que nos gusta creer que será cierto; mientras más improbable sea lo que creemos, más virtuosos somos. Este es el concepto tras la famosa expresión "debes creerlo por fe". Sin embargo, uno de los aspectos importantes que este pasaje nos recuerda es que la fe verdadera no es ciega en el sentido de ser infundada, sino que está basada en el carácter veraz de Dios. Noé creyó en una revelación confiable, y nosotros también debemos cuidar de que nuestras creencias sigan el mismo ejemplo.

Por otra parte, Noé nos recuerda que la verdadera fe no es sólo un asentimiento intelectual, sino que es una confianza que compromete la vida. En su libro A Grief Observed ("Una Pena en Observación"), el autor C.S. Lewis escribió, "Nunca sabes realmente cuánto crees en algo hasta que su verdad o falsedad se vuelve un asunto de vida o muerte para ti. Es fácil decir que crees que una cuerda es fuerte y resistente cuando sólo la utilizas para atar una caja. Pero imagina que tienes que utilizarla para colgar sobre un precipicio. ¿No descubrirías más pronto cuánto confiabas realmente en ella?". La fe de Noé hizo descansar todo su futuro en la veracidad de las palabras de Dios. De la misma manera, nuestra fe no sólo debe ser una creencia, sino que debe involucrar nuestra vida entera y expresarse en formas visibles.

Bibliografía

Jamieson, Robert, A. R. Fausset y David Brown, Commentary Critical and Explanatory on the Whole Bible. Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc., 1997.

Peterson, David G., "Hebrews" en New Bible Commentary: 21st Century Edition, 4th, eds. D.A Carson, R.T. France, J.A. Motyer y G.J. Wenham. Leicester, England; Downers Grove: InterVarsity Press, 1994.

A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960 (RVR60)
Foto: Noé según "El maestro francés" (Französischer Meister). Magyar Szépművészeti Múzeum, Budapest. c.1675. en Wikipedia Commons

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