16 de septiembre de 2022

El Testimonio de la Fe de Sara


[Este post es parte de la serie El Testimonio de los Héroes de la Fe, que puedes encontrar completa aquí]


"Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ese ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.". (Hebreos 11:11-12)

Luego de introducir a Abraham, y su fe en el llamado de Dios, el autor de Hebreos se detiene en la figura de Sara, cuya fe también es tan destacable como para estar presente en esta lista.


Los obstáculos de Sara


La promesa que Abraham había recibido de parte de Dios involucraba a su esposa, pues el hijo que le nacería sería de ella. Sin embargo, esta esperanza se enfrentaba a dos obstáculos muy importantes por parte de Sara. En primer lugar, ella era de edad avanzada (90 años en el momento en que Dios conversa con Abraham en Génesis 17, ver v. 17), lo que hace mucho tiempo la había alejado de la capacidad reproductiva natural de las mujeres (Génesis 18:11, RV60, recuerda que "a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres", en otras palabras, ya no tenía ciclo menstrual). Por otra parte, Sara también era estéril, y no había podido concebir en todo su tiempo de matrimonio con Abraham (Génesis 16:1-2).

Este doble obstáculo era en la práctica una imposibilidad absoluta para tener hijos. Por esta razón, no podemos sino entender la reacción de Sara frente a la promesa de Dios. A Abraham primero se le había revelado que un hijo suyo lo heredaría (Génesis 15:3-4), de lo cual se deduce que sería un hijo de su matrimonio; Sara, no obstante, no creyó a esta promesa y le dio su sierva Agar a Abraham para que engendrara hijos (Génesis 16:2). Más tarde, Dios reafirmó a Abraham que ella sería la madre de naciones y de reyes, por lo que incluso su nombre fue cambiado desde Sarai a Sara, "princesa" (Génesis 17:15-16), pero ni siquiera este segundo anuncio evitó que ella se riera cuando Dios se encontró en forma corporal con Abraham para reafirmarle Su promesa de un hijo para el matrimonio (Génesis 18:10-12). La dificultad natural era tan grande que esto fue el motivo de una risa irónica: "Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rió, pues, Sara" (vv. 11-12).


La fe de Sara


A pesar de todo esto, el autor de Hebreos nos indica que esta incredulidad no fue el final de la historia. En un momento que no podemos identificar con exactitud en el relato de Génesis, Sara llegó a creer en las palabras de Dios, y a confiar que Él era fiel para cumplir lo que había prometido (Hebreos 11:11). Aunque le había costado tanto tener fe, ella dejó de enfocarse en el tamaño de la dificultad, y se enfocó en el poder y confiabilidad del Dios de la promesa.

Por medio de la fe de Sara, los dos obstáculos para que ella fuera madre fueron vencidos por dos milagros divinos. Aunque era estéril, por la fe "recibió fuerza para concebir", y pese a la debilidad corporal propia de su avanzada edad, Dios preservó su embarazo hasta el final y permitió que ella diera a luz "aun fuera del tiempo de la edad".


Lecciones prácticas


La primera lección que podemos aprender de la vida de Sara es que, gracias a la fidelidad de Dios, nunca es tarde para comenzar a creer. Aunque ella comenzó este proceso en incredulidad, finalmente se atrevió a confiar, y recibió mediante la fe la promesa "porque creyó que era fiel quien lo había prometido". La fidelidad de Dios mantiene Sus promesas abiertas y vigentes para nosotros, a pesar de nosotros. Podemos ser bendecidos cuando creemos, a pesar de que hayamos fallado antes.

Una segunda lección es que lo invisible no necesariamente carece de importancia. Usualmente ponemos el énfasis en la fe de Abraham, que sin duda es trascendente, pero olvidamos que el cumplimento de la promesa también vino por medio de la fe de Sara. Su confianza fue esencial, como indica el v. 12. Es por medio de su fe, sumada a la de Abraham, que fue cumplida la promesa para ellos: "[Sara] creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también de uno [Abraham], y ese ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo" (Hebreos 11:11-12). En nuestro caso, el hecho de que no seamos personas distinguidas o con una posición visible no implica que seamos irrelevantes en el reino de Dios. Al contrario, nuestra fe puede cumplir funciones importantes aún cuando no seamos conocidos.

Finalmente, está el desafío de una fe que se aferra firmemente al carácter veraz de Dios, y a Su poder ilimitado. Al igual que su antepasado Noé, por la palabra de Dios Sara creyó que sucedería algo que nunca antes había sucedido. El llamado de este pasaje es a que nosotros también demostremos esa clase de fe que se sobrepone incluso al curso natural de los acontecimientos, cuando hay una promesa de Dios involucrada.




A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960 (RVR60)
Imagen: "Abram's counsel to Sarai" por James Tissot. Dominio público.



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