29 de noviembre de 2023

Estudios en Juan 3 - Jesús y Nicodemo (Parte 1)


[Este post es parte de la serie Estudios en Juan, que puedes encontrar completa aquí]


Nicodemo Llega de Noche (vv. 1-2)

"Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él"

Juan describe a Nicodemo a través de dos aspectos: el primero, es que él es un fariseo, un estudioso y un maestro de la Escritura, que guiaba a la sinagoga en la adoración y servía como guía espiritual [1]. El segundo es que él es un principal entre los judíos, lo que a primera vista nos dice que es una persona importante. En este punto no nos dice, pero más adelante (Juan 7:45-52) Juan nos explicará que Nicodemo es miembro del Sanedrín (v. 50), el concilio de gobierno judío, que estaba compuesto de 70 personas -entre sacerdotes y fariseos- que eran responsables de decisiones religiosas y también civiles, en relación con los romanos [2].

No queda claro por qué Nicodemo vino a Jesús durante la noche, pues hay varias alternativas. Quizás quería evitar ser visto, o esperó hasta la tarde porque en ese tiempo este era el horario natural para hacer visitas (debido a la jornada de trabajo de las personas durante el día) o para tener una conversación tranquila con Jesús evitando la gente, que ya estaba empezando a acercarse a Él en grandes cantidades por Sus milagros (“muchos creyeron en su nombre”, Juan 2:23). La explicación más simple es la primera.

“Sabemos que has venido de Dios como maestro...” A través de su afirmación, Nicodemo confiesa que él (y al parecer otras personas dentro del Sanedrín o entre los fariseos, ya que está hablando en plural - “sabemos”) reconocen a Jesús como un maestro que tiene la aprobación de Dios, porque sólo alguien que tiene el respaldo divino puede hacer los milagros que Él ha mostrado. Esto es importante, porque da testimonio de la calidad de estos milagros hechos por el Señor: fueron tan claros, que algunos fariseos estuvieron dispuestos a reconocer el respaldo divino en la enseñanza de Jesús, aún cuando Él no tenía estudios formales ni era parte de su grupo. En este punto, Nicodemo considera a Jesús como un hombre santo enviado por Dios, al nivel de un profeta del Antiguo Testamento.


Primera afirmación de Jesús (v. 3)

"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios."

¿Cómo se relaciona la respuesta de Jesús con la afirmación de Nicodemo? Es difícil saberlo con seguridad, pues no parece haber mucha conexión entre ambas declaraciones, pero una forma posible de verlo sería la siguiente: ya que Jesús vio que Nicodemo había aceptado Su autoridad para enseñar y lo había reconocido como un mensajero divino, Él tomó la iniciativa de llevarlo “un paso más allá”, introduciendo el tema del Reino de Dios como una plataforma para hablar de Su verdadera identidad y de la necesidad de tener fe -confiar completamente en Él- para llegar a Dios y tener vida eterna (vv. 13-15). El Señor se mueve, de esta manera, desde el tema de la creencia intelectual (planteado por Nicodemo) hacia el tema de la creencia personal en Él. Es como si Jesús le dijera “Tienes razón, soy un maestro enviado por Dios, pero soy mucho más que eso y tú necesitas saberlo, más que simplemente reconocerme como maestro. Ya que tengo tu atención, te voy a mostrar que soy la parte más importante del plan de Dios, y que sólo creyendo en mi se puede llegar a Él” (Juan 14:6).

La respuesta del Señor impacta a Nicodemo. La única forma de entrar en el esperado Reino de Dios (este es el sentido de “ver el reino”, como Jesús lo explica en Su segunda respuesta en el v. 5) es nacer de nuevo, algo que con seguridad suena muy extraño para este fariseo, porque primero, es un concepto misterioso, y segundo, no se parece a nada de lo que ellos estaban haciendo para servir a Dios.


Primera pregunta de Nicodemo (v. 4)

"Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?"

Nicodemo queda tan fuera de lugar con la afirmación de Jesús, que parece no saber qué decir. En su desconocimiento, decide investigar más sobre este tema del nuevo nacimiento, haciendo la pregunta más simple posible: ¿es posible que Jesús se refiera a un sentido natural del nacimiento? A primera vista esto es imposible y parece una pregunta absurda, pero Nicodemo la hace de todas maneras porque sabe que está hablando con un maestro inspirado por Dios; quizás Jesús sabe algo que él desconoce.


Jesús aclara sobre el nuevo nacimiento (vv. 5-8)

"Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu."

En respuesta a la pregunta de Nicodemo, Jesús explica un poco más acerca del nuevo nacimiento que hace falta para entrar al Reino de Dios. No se trata de un nacimiento natural como preguntaba este fariseo, sino un nacimiento de otro tipo, un nacimiento en base al agua y al Espíritu. Nicodemo, de hecho, debería haber entendido esto, porque Jesús le recuerda en el v.6 un principio reconocido en su tiempo: todo tiene la naturaleza de aquello que lo creó. Lo que es humano produce naturaleza humana, pero si queremos un nacimiento espiritual, necesitamos un origen espiritual. ¡Es de hecho, bajo este mismo principio, que los fariseos y los judíos condenan a Jesús, porque cuando Jesús dice que es Hijo de Dios, ellos entienden inmediatamente que está afirmando tener una naturaleza divina! (Juan 5:18).

(Nota: En este caso, cuando Jesús habla de la carne no está hablando de la naturaleza de pecado como lo hace Pablo, sino que está contestando la pregunta de Nicodemo sobre el nacimiento desde una naturaleza humana, y habla de la “carne” en el mismo sentido en que nosotros hablamos de “carne y hueso” como referencia a nuestra humanidad).

Ahora, una pregunta importante es: ¿Qué significa este conjunto conformado por el agua y el Espíritu? Por el resto de los escritos del Nuevo Testamento sabemos que el Espíritu (en este caso, refiriéndose al Espíritu Santo) tiene un papel central en el nuevo nacimiento, pero ¿y el agua? ¿qué relación tiene con nacer de nuevo? Es un tema bastante discutido entre los estudiosos, pero hay dos aspectos que me parecen los más útiles para ayudarnos a entender este pasaje:

a) En primer lugar, Jesús debe haber dicho esto para despertar la memoria de Nicodemo. Un fariseo como él, familiarizado con el Antiguo Testamento, se habría dado cuenta de que Jesús no era el primer en combinar los conceptos de “agua”, “espíritu” y “nuevo”. Si vamos de vuelta a Ezequiel 36:24-27, nos vamos a encontrar con una de las profecías más importantes sobre la nueva era, el nuevo pacto que Dios inauguraría mediante la acción de Su Espíritu. Aquí, el agua representa la purificación y la limpieza que Dios realiza en Su pueblo, para luego infundirle Su Espíritu de forma que ellos tengan un nuevo espíritu y un nuevo corazón.

b) Por otro lado, la referencia a "nacer de agua" parece ser una referencia indirecta al bautismo (especialmente gráfica cuando la persona sale del agua luego de sumergirse), una práctica basada en esta idea del agua como purificación y limpieza. No obstante, la idea no se puede tratar del bautismo cristiano, porque sería una referencia posterior que Nicodemo no podría captar. Una opción más probable sería el bautismo practicado por Juan el Bautista, pero no tenemos mayor seguridad de si Nicodemo estaba familiarizado con él o no. Lo que este fariseo sí tenía presente con toda probabilidad era el bautismo que practicaban los judíos para aceptar a los gentiles en el Judaísmo. Curiosamente, a los convertidos (los prosélitos) se les llamaba “niños recién nacidos” porque el bautismo los separaba legalmente de sus viejas relaciones y lavaba su impureza gentil [3] lo que debe haber “prendido más luces” en la mente de Nicodemo. El agua no era lo importante en sí misma, sino aquello que representaba: conversión para una nueva vida.

Juntando ambos aspectos, el mensaje que el Señor le estaría transmitiendo a Nicodemo sería el siguiente: la clase de nacimiento espiritual del que está hablando es una acción sobrenatural de parte de Dios; no una novedad, sino algo que estaba prometido desde hace mucho tiempo por los profetas. No obstante, este nuevo nacimiento tiene también un componente humano: debe haber una conversión de por medio; así como los gentiles “nacían de nuevo” para entrar en una relación con el Dios de Israel, así cada persona debía convertirse para experimentar una purificación y un nuevo comienzo espiritual (lo cual era precisamente la invitación de Juan el Bautista).

Esto último debe haber impactado más aún la mente de Nicodemo. Una cosa era que los gentiles tuvieran la necesidad de ser purificados, pero pensar que los mismos judíos necesitaban convertirse debe haber sido inesperado y chocante. Sin embargo, esto no es otra cosa que la denuncia continua y persistente de Dios a través de los profetas del Antiguo Testamento: aún cuando Israel es el pueblo del pacto, y desarrollan un culto externo similar al descrito en la ley, ellos carecen de la fe interna que Dios desea: necesitan convertirse de verdad. Deben dejar de rasgar sus vestiduras y empezar a rasgar su corazón, y circuncidarse en lo interior, más que simplemente en lo corporal.





Referencias

[1] Gary Burge, «Gospel of John», en Hebrews–Revelation, ed. Craig Evans y Craig Bubeck, The Bible Knowledge Background Commentary (Colorado Springs, CO; Paris, ON; Eastbourne: David C Cook, 2005), p. 51.

[2] Edwin Blum, «John», en The Bible Knowledge Commentary: An Exposition of the Scriptures, ed. J. F. Walvoord y R. Zuck, vol. 2 (Wheaton, IL: Victor Books, 1985), p. 280.

[3] Craig Keener, The IVP Bible Background Commentary: New Testament, 2nd ed. (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2014), p. 255; también Burge, p. 52.


A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960 (RVR60), y todas las citas desde fuentes en inglés han sido traducidas por el autor del blog
Imagen: "Interview between Jesus and Nicodemus", por James Tissot
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