3 de mayo de 2022

El Testimonio de la Fe de Enoc


[Este post es parte de la serie El Testimonio de los Héroes de la Fe, que puedes encontrar completa aquí]


Enoc está entre los personajes menos conocidos de la lista de héroes de la fe de Hebreos 11, pues la única información bíblica que tenemos sobre él son algunos versículos en la genealogía de Génesis 5, la declaración de Hebreos 11, y una misteriosa cita en el libro de Judas [1]. Sin embargo, a pesar de lo poco que sabemos sobre él, para los judíos es una figura importante, y esto probablemente explique que el autor de Hebreos lo haya incluido en su lista de héroes de la fe.


El testimonio de la trasposición de Enoc


"Por la fe Enoc fue traspuesto". Probablemente la característica más distintiva de Enoc es que fue "traspuesto". En el contexto de Génesis 5, la vida de Enoc se distingue, primero, por ser comparativamente muy corta: mientras sus antepasados y su descendencia vivieron en promedio 800 años, Enoc vivió 300. Por otra parte, mientras que todos los miembros de la línea genealógica terminan su existencia terrenal con las palabras "y murió", la suya es la única que termina con las palabras "y desapareció". Este contraste indica claramente lo que señala el autor de Hebreos, que él no experimentó la muerte, sino que, al igual que Elías (2 Reyes 2:11) fue llevado corporalmente de este mundo por Dios, de manera que nadie pudo encontrar su cuerpo ("fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado"). El hecho de que Enoc haya recibido este privilegio demuestra, de acuerdo al escritor bíblico, cuán agradable era su fe delante de Dios.

El testimonio de la vida de Enoc


"Antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios". La transposición de Enoc, sin embargo, no sólo refleja la fe de un momento final, sino toda una vida de fe. En el texto de Génesis, este hecho viene a coronar una trayectoria de haber "caminado con Dios", una expresión que refleja comunión y cercanía. "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios" (Génesis 5:24). El resumen de su vida es una relación de amistad con Dios por medio de la fe, a tal punto de que se le concedió el honor de ser llevado por Dios al final de ella.

El compañerismo entre Enoc y Dios, de acuerdo a Hebreos, fue mucho más que algo interno, pues "tuvo testimonio". Su vida consagrada entregó evidencias de obediencia y sintonía con la voluntad de Dios, las cuales fueron visibles a los que estaban alrededor suyo, y formaron un testimonio que perduró hasta los días del Nuevo Testamento.


El contenido de la fe de Enoc


"[Enoc] tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios". Sin embargo, la razón central de la estrecha relación entre Enoc y Dios, señala el autor de Hebreos, es la fe. Fe, como la que tuvo Enoc, es creer que Dios existe y que recompensa a los que le buscan. Aquí, el griego tiene una intensidad especial: "los que le buscan" significa los que le buscan con diligencia, cuidadosamente, intensamente. Cuando hablamos de galardón (Dios es "galardonador de los que le buscan"), la imagen es la de un premio, pero nada se dice con respecto a Enoc de que haya tenido grandes bendiciones materiales o de otro tipo. Más bien, la recompensa de su fe fue -precisamente- caminar en comunión con Dios. Cuando Dios es buscado con este anhelo, Él recompensa al que le busca con Su presencia y Su amistad [2], lo cual está en línea con el resto de la Escritura (Santiago 4:8; Jeremías 29:13; Salmos 145:18). Fe, por lo tanto, es creer que Dios existe, y que desea establecer una relación con aquellos que se acercan a Él. Fe es la confianza de que Dios responde a la búsqueda sincera.

Lecciones prácticas: En este pequeño pasaje, podemos encontrar dos lecciones importantes y tan estrechamente relacionadas, que a veces parecen contradictorias entre sí. La primera es que la verdadera evidencia de una relación con Dios está en las obras. Enoc tuvo fe, pero esa fe tuvo un testimonio que otros pudieron observar, aún antes de que él fuera llevado por Dios. Una fe verdadera, como encontramos en los testimonios del apóstol Santiago y del mismo Señor Jesús, es una que se manifiesta en frutos, en una forma distintiva de vivir (Santiago 2:17; Mateo 7:17-18, 20)

La segunda lección es que la verdadera fuente de una relación con Dios está en la fe. Aún las mejores intenciones y el mejor comportamiento no pueden servirnos para agradar a Dios, si no tienen la fe como base. Aquí volvemos nuevamente a lo que aprendimos anteriormente con Abel: no hay buena obra que pueda agradar a Dios si no hay fe de parte de quien la realiza. Ya que Dios está interesado principalmente en nuestro corazón, este debe ser el punto de partida de toda nuestra relación con Él.





Referencias

[1] Particularmente, en el caso de la información contenida en Judas, las palabras de Enoc que el apóstol cita son parte de un libro apócrifo intertestamentario, que parece haber recibido su nombre como testimonio del ejemplo de vida santa que representaba Enoc para los judíos. No obstante, pensando en la identificación (inspirada) que hace Judas, el libro pudiera haber sido nombrado por causa de estas palabras auténticas de profecía de Enoc.

[2] El hecho de que el galardón sea Dios mismo está implícito también en la forma de la oración: "Es galardonador de aquellos que le buscan". No tendría sentido recompensar con otra clase de bendiciones a aquellos que le buscan a Él, al menos en primera instancia (ver, por ej. "Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas", Lucas 12:31).


A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960 (RVR60)
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