15 de mayo de 2017

Tiempo de Citas - Más de "Cristianismo y Nada Más" de C.S. Lewis


El año pasado compartí con ustedes algo de la sabiduría del autor cristiano C.S. Lewis en su obra más famosa (sin contar Las Crónicas de Narnia) Cristianismo y Nada Más. Sucede que algunas citas quedaron "en el tintero", así que se las dejo a continuación para que las disfruten, y por sobre todo, las mediten. Al parecer, este es de aquellos libros que vale la pena leer más de una vez en la vida, y sospecho que si lo hiciera, terminaría con varias citas más en el bolsillo.

"El Cristianismo piensa acerca de los individuos humanos no como simples miembros de un grupo, o ítems de una lista, sino como órganos en un cuerpo - diferentes uno de otro, y cada uno contribuyendo lo que otro no podría. Cuando te encuentras queriendo convertir a tus hijos, o pupilos, o incluso a tus vecinos en gente exactamente como tú, recuerda que Dios probablemente nunca tuvo la intención de que fueran así. Tú y ellos son órganos diferentes, creados para hacer diferentes cosas.'"

"¿No es cierto que lo que un hombre hace cuando ha sido tomado por sorpresa es la mejor evidencia para saber qué clase de hombre es? ¿No es cierto que lo que aparece antes de que el hombre tenga tiempo de ponerse un disfraz es la verdad? Si hay ratas en una bodega, la mayor probabilidad de verlas se encuentra cuando uno entra muy de sorpresa. Pero lo repentino no crea las ratas: solamente evita que se escondan. En la misma manera, lo repentino de la provocación no me hace un hombre de mal carácter; sólo muestra cuán mal carácter tengo. Las ratas siempre están ahí en la bodega, pero si vas gritando y haciendo ruido, se esconderán antes de que prendas la luz. Aparentemente, las ratas del resentimiento y la venganza están siempre en la bodega de mi alma."

"Si el Cristianismo es verdadero, ¿por qué no todos los cristianos son obviamente más buenos que todos los no-cristianos? Lo que se esconde tras esta pregunta es en parte algo muy razonable, y en parte algo que no es razonable para nada. La parte razonable es esta: si la conversión al Cristianismo no produce una mejora en las acciones externas de un hombre -si él continúa siendo tan arrogante o violento o envidioso o ambicioso como lo era antes- entonces pienso que debemos sospechar que su 'conversión' fue mayormente imaginaria; y después de la conversión original de uno, cada vez que uno piensa que ha hecho un avance, esta es la prueba que debe aplicarse. Buenos sentimientos, nuevos conocimientos, un mayor interés en la 'religión' no significan nada a menos de que mejoren nuestro comportamiento, de la misma forma en que el 'sentirse mejor' en una enfermedad no es de mucha ayuda si el termómetro muestra que tu temperatura sigue subiendo. En este sentido, el mundo exterior está muy en lo correcto al juzgar el Cristianismo por sus resultados. Cristo nos dijo que juzgáramos por resultados. Un árbol se conoce por su fruto, o como solemos decir, 'la prueba del budín está en la degustación'. Cuando nosotros los cristianos nos comportamos mal, o fracasamos en comportarnos bien, estamos haciendo el Cristianismo imposible de creer al mundo exterior."

"Un mundo de gente buena, contenta con su propia bondad, sin mirar más allá y apartada de Dios, estaría tan desesperadamente necesitado de salvación como un mundo miserable -e incluso podría ser más difícil de salvar."

"Vez tras vez, él [el mundo] ha pensado que el Cristianismo estaba muriendo, muriendo por persecuciones desde afuera y corrupciones desde dentro, por el ascenso del Islam, el ascenso de las ciencias físicas, el ascenso de grandes movimientos revolucionarios anti-cristianos. Pero cada vez el mundo ha sido decepcionado. Su primera decepción fue la crucifixión. El Hombre volvió a la vida. En un sentido -y comprendo bastante cuán horriblemente injusto les debe parecer- eso ha estado ocurriendo desde entonces. Ellos siguen matando lo que Él empezó, y cada vez, justo cuando están acomodando la tierra sobre su tumba, repentinamente oyen que todavía está vivo y ha reaparecido en algún nuevo lugar. No es sorpresa que nos odien."

"Mientras más quitamos lo que llamamos 'nosotros mismos' del camino y le dejamos a Él [Jesús] que nos gobierne, más nos volveremos verdaderamente 'nosotros mismos'. Existe tanto de Él que millones y millones de 'pequeños Cristos', todos diferentes, aún seguirían siendo muy pocos para expresarlo a Él plenamente. Él los hizo a todos. Él inventó -como un autor inventa personajes en una novela- todos los diferentes hombres que tú y yo fuimos diseñados para ser. En ese sentido, nuestros verdaderos 'yo' todavía están esperando por nosotros en Él.

De hecho, lo que orgullosamente llamo 'yo mismo' se vuelve simplemente el lugar de encuentro para trenes de eventos que nunca comencé y que no puedo detener. Lo que llamo 'mis deseos' simplemente se vuelven los impulsos que emergen de mi organismo físico, o que desembocan en mi por medio de los pensamientos de otros hombres, o que incluso me son sugeridos por demonios. [...] No soy, en mi estado natural, tanto de una persona como me gusta creer: la mayoría de lo que llamo 'yo' puede ser fácilmente explicado. Es cuando me vuelvo a Cristo, cuando me entrego a Su Personalidad, que comienzo a tener una verdadera personalidad propia.
"




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