Nuevamente, es hora de ponerse los guantes para examinar las enseñanzas de los Testigos de Jehová en nuestra serie Leyendo a Los Testigos. Nos encontramos al final de la lectura del capítulo 7 de su libro, ¿Qué Enseña Realmente La Biblia? para evaluar su perspectiva con respecto a la resurrección de Jesús y la de todos quienes creemos en Él, en el futuro.
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Resucitado, sin dejar rastros
Cerca del final del capítulo, encontramos el siguiente pasaje:
"La Biblia también enseña que hay otro tipo de resurrección. Se trata de la resurrección como ser espiritual para vivir en el cielo. La Palabra de Dios solo relata un ejemplo de alguien que tuvo esa clase de resurrección: Jesucristo. Jesús fue ejecutado siendo un ser humano; sin embargo, Jehová no dejó a su fiel Hijo en la tumba (Salmo 16:10; Hechos 13:34, 35). Lo resucitó, pero no como hombre. El apóstol Pedro explica que Cristo fue “muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu” (1 Pedro 3:18). ¡Qué gran milagro! Jesús vivía otra vez como poderoso ser espiritual (1 Corintios 15:3-6)." [1]
Lo que plantean aquí los autores es que Dios hizo "existir" nuevamente a Jesús (recordemos que, de acuerdo a lo que leímos en este capítulo y el anterior, morir para ellos es dejar de existir completamente), pero esta vez no como ser humano, sino como una criatura espiritual. No nos dan muchos detalles acerca de lo que ocurrió con el cuerpo del Señor, pero ya que afirman que Dios no lo dejó en la tumba, podemos concluir que de alguna manera misteriosa éste se "esfumó" sin dejar rastro.
Ahora, debemos conceder que aunque el pasaje en 1 Corintios 15 no dice nada acerca de una resurrección "espiritual" (de hecho, el contraste "fue sepultado... y resucitó" en el v. 4 sugiere más la idea de una resurrección corporal), el texto en 1 Pedro es más complejo y podría ofrecerles alguna base para su afirmación. Este apoyo, sin embargo, no es demasiado sólido: el texto mismo no señala específicamente que está hablando acerca de la resurrección. ¿Es posible que los Testigos estén equivocados en esta enseñanza? Hay varias razones bíblicas para creer que sí:
- Hemos demostrado que el concepto de la muerte de los Testigos es errado. Frente a la idea de los autores de que los seres humanos dejamos de existir al morir, hemos visto varias razones bíblicas que demuestran que esto no es así: existe una parte inmaterial -espiritual- de cada persona que sigue existiendo cuando ésta muere. Ya que esto es así, la resurrección de Jesús que ellos proponen es innecesaria, en el mejor de los casos. Jesús no necesitaba volver a existir como un ser espiritual porque no dejó de hacerlo cuando murió (especialmente porque Jesús es Dios y es imposible que deje de existir).
- La resurrección corporal de los seres humanos en el futuro demuestra que Jesús resucitó de la misma manera. Uno de los temas que los Testigos han pasado por alto hasta ahora es el papel que Él tiene como el modelo de la resurrección de todos los creyentes. La Biblia señala:
- La Biblia enseña claramente la resurrección corporal de Cristo. Si bien el texto de 1 Pedro no es fácil de entender, una cosa es evidente: la interpretación los Testigos es errada, porque es una negación casi grosera del testimonio de los Evangelios. Vez tras vez, el registro de la vida de Jesús apunta al hecho de una resurrección física. Por ejemplo, Él predijo que se levantaría en Su propio cuerpo:
"Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús vive en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu que vive en ustedes." (Romanos 8:11)
"El hecho es que Cristo ha resucitado de entre los muertos, como primicias de los que murieron; porque así como la muerte vino por medio de un solo hombre [Adán], también por medio de un solo hombre vino la resurrección de los muertos [...] El primer hombre [Adán] es terrenal, de la tierra; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo [...] Y así como hemos llevado la imagen del hombre terrenal, así también llevaremos la imagen del celestial" (1 Corintios 15:20-21, 47, 49)
"Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; él transformará el cuerpo de nuestra humillación, para que sea semejante al cuerpo de su gloria" (Filipenses 3:20-21)
Hemos visto en el resumen que los Testigos enseñan que los creyentes -casi todos- resucitarán con un cuerpo físico. Bueno, lo que estos pasajes nos muestran es que si los creyentes resucitan en forma corporal, esto se debe a que el Señor resucitó corporalmente. Nuestra resurrección es un reflejo de la Suya. Por lo tanto, no hay alternativas: o todos resucitaremos como espíritus, o todos lo haremos en forma corporal, pero todos seguiremos el modelo de Jesús. Como la Biblia afirma que los creyentes resucitarán físicamente, eso demuestra que el Señor se levantó de los muertos con un cuerpo físico.
"Jesús les respondió: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.» [...] Pero él hablaba del templo de su cuerpo." (Juan 2:19, 21)
El cuerpo de Jesús resucitado podía ser visto y tocado:
"En eso, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Salve!» Y ellas se acercaron y le abrazaron los pies, y lo adoraron" (Mateo 28:9)
El cuerpo del Señor de hecho es el mismo que tenía antes de morir, pues lleva las cicatrices de la cruz:
"Entonces los otros discípulos le dijeron [a Tomás]: «Hemos visto al Señor.» Y él les dijo: «Si yo no veo en sus manos la señal de los clavos, ni meto mi dedo en el lugar de los clavos, y mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, sus discípulos estaban otra vez a puerta cerrada, y Tomás estaba con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús llegó, se puso en medio de ellos y les dijo: «La paz sea con ustedes.» Luego le dijo a Tomás: «Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»" (Juan 20:25-27)
Jesús llega al punto de decir explícitamente que Él no es un espíritu, y lo demostró... ¡comiendo!
"Todavía estaban ellos hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz sea con ustedes!» Ellos se espantaron y se atemorizaron, pues creían estar viendo un espíritu; pero Jesús les dijo: «¿Por qué se asustan? ¿Por qué dan cabida a esos pensamientos en su corazón? ¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! Tóquenme y véanme: un espíritu no tiene carne ni huesos, como pueden ver que los tengo yo.» Y al decir esto, les mostró las manos y los pies. Y como ellos, por el gozo y la sorpresa que tenían, no le creían, Jesús les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?» Entonces ellos le dieron parte de un pescado asado, y él lo tomó y se lo comió delante de ellos." (Lucas 24:36-43)
El testimonio bíblico, por lo tanto, no puede ser más claro. Todo indica que la interpretación de los Testigos es incorrecta, y que Jesús resucitó con un cuerpo físico, así como lo haremos nosotros los creyentes en el futuro.
La Resurrección de los 144.000
Finalmente, los Testigos declaran, casi inmediatamente después del párrafo anterior:
"Sabiendo que pronto regresaría al cielo, Jesús dijo a sus discípulos fieles que iba allí a «preparar un lugar» para ellos (Juan 14:2). A los que irían al cielo los llamó «rebaño pequeño» (Lucas 12:32). ¿Cuántos componen este grupo relativamente pequeño de cristianos fieles? En Revelación 14:1 leemos estas palabras del apóstol Juan: «Vi, y, ¡miren!, el Cordero [Jesucristo] de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre». A estos 144.000 cristianos -entre quienes están los apóstoles fieles de Jesús- Dios los resucita para que vivan en el cielo." [2]
Una vez más, nos encontramos de frente con el problema crónico que sufren nuestros amigos: una interpretación demasiado descuidada, demasiado "light", del mensaje bíblico. Miremos este texto con detenimiento: de alguna manera, los Testigos nos aseguran que existe una equivalencia entre el grupo de los discípulos en el Aposento Alto (Juan 14), la multitud -miles de personas- en Lucas 12 (vv. 1, 13, 41, 54) y los 144.000 en Apocalipsis 14. No nos explican exactamente el por qué de esto, pero analizando los tres pasajes, podemos ver que ellos asumen que la promesa de Jesús a los Doce de que "prepararía un lugar para ellos" es equivalente a Su declaración a la multitud de que "al Padre les agradó darles el Reino" y que ambas frases implican que estas personas estarían dentro de un grupo de 144.000 que sólo resucitará espiritualmente. La pregunta del millón: ¿Es posible deducir todo esto desde estos pasajes? La respuesta es un gran "no".
Obviamente, no es difícil encontrar agujeros en una doctrina tan mal fundamentada. ¿Por qué la insistencia en pensar que "144.000" es un número fijo, y no simbólico? [3] Si sólo ellos son resucitados para vivir en el cielo, ¿qué hace delante del trono celestial la multitud incontable de Apocalipsis 7:9-17? ¿Cuál es la razón para pensar que la multitud de Lucas 12 es un grupo selecto, cuando la promesa del Padre de darles el Reino en realidad aplica a cada cristiano sin distinción (Romanos 8:17; Apocalipsis 1:5-6; Santiago 2:5; Hebreos 12:28)? En última instancia, sin embargo, sólo basta con hacer una observación simple para ver el error: como demostramos en el punto anterior, la Biblia enseña que Jesús resucitó en forma corporal y que los creyentes recibirán esta misma clase de resurrección al final de la historia; por ende, no existe una resurrección espiritual "especial" para cierto grupo de escogidos [4].
Con esto cerramos el análisis del capítulo 7. Nos tomó tiempo, sin duda, pero dentro de la fe cristiana el tema de la resurrección es tremendamente importante, y vale la pena prestarle atención. Después de que tomemos un "break" de los Testigos por algunas semanas, volveremos a encontrarnos para examinar el capítulo 8, dedicado al tema del Reino de Dios.
Referencias
[1] Testigos de Jehová, ¿Qué Enseña Realmente La Biblia? (Brooklin, NY: Watchtower Bible and Tract Society of New York, 2013) pp. 73-74
[2] Íbid, p. 74.
[3] Aquí es importante que recordemos que no todos los libros de la Biblia se leen e interpretan de la misma manera, sino que cada uno posee un género. En este caso, el género de Apocalipsis -profecía- nos indica que su interpretación no es estrictamente literal, sino que sus visiones y símbolos son representaciones del mensaje que Dios está comunicando. Esto incluye los números, los cuales representan ideas y conceptos, no solamente aquí, sino a lo largo de toda la Biblia. El número 1000, como señala el blog Scripture Revealed, representa una gran cantidad o inmensidad (Salmos 84:10; 105:8; Apocalipsis 20:2, 4), mientras que el 12 es un símbolo del pueblo de Dios, tanto en el Antiguo Testamento (Israel estaba compuesto por 12 tribus) como en el Nuevo (Jesús escoge 12 apóstoles para formar Su Iglesia; ver también Mateo 19:28; Apocalipsis 4:4-8; 12:1; 21:12, 14). Siendo que 144.000 = 12 * 12 * 1000, es prácticamente seguro que este número no tiene la intención de entregar una cuenta exacta, sino de representar el concepto de una multitud (1000) de creyentes (12).
[4] Mis lectores más avanzados quizás se preguntarán acerca de la "primera resurrección" mencionada en Apocalipsis 20:4-6, que a primera vista podría parecer una resurrección únicamente "espiritual". Más allá de toda la controversia sobre la interpretación de este pasaje, lo que debemos tener en mente es lo siguiente: independientemente de los detalles específicos y de cualquier "paso intermedio" que pudiera existir, la Biblia es muy clara al decir que el estado final de todos los creyentes consiste en recibir un cuerpo físico glorificado y espiritual -esto es, potenciado por el Espíritu- como el del Jesús resucitado.
A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera Contemporánea (RVC)
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