11 de octubre de 2019

Examinando los Argumentos a Favor del Aborto - Parte 5: "Prohibir el aborto sólo provoca desigualdad"

(Este post es parte de la serie Examinando los Argumentos a Favor del Aborto, que puedes encontrar completa aquí)

Retomando nuestro estudio sobre la lógica de los argumentos a favor del aborto, nos encontramos con uno que tiene una estrecha relación con el último que estudiamos -el "argumento desde el aborto clandestino"- pero que no está tan masificado como su pariente. De todas maneras, ya que sigue siendo útil para que ejercitemos nuestras habilidades de análisis, escuchemos a sus defensores presentar el caso.

Una columna en el portal La República reflexiona:

"Lo cierto es que todos los años miles de mujeres abortan. Las mujeres con dinero lo hacen de forma segura, las que no lo tienen, arriesgan su vida, y todas los hacen de forma clandestina. Entonces, si las mujeres tienen derecho a decidir, porque ellas son sujeto de derecho, esas [sic] clandestinidad debe desaparecer, porque encima de todo, está provocando que solo las mujeres con dinero puedan hacerlo de forma segura, y las mujeres más pobres son las que exponen sus vida, generando aún más injusticia y desigualdad" [1]

Por otra parte, el profesor de filosofía a quien ya hemos citado antes en la serie habla sobre esta postura presentada por sus alumnos:


"Mis estudiantes ven como algo muy inmoral el que sea más fácil para las mujeres adineradas obtener abortos ilegales en comparación con las pobres. Denuncian vehementemente cualquier prohibición para el aborto que mujeres adineradas, instruidas y con redes de apoyo sean capaces de evadir, mientras que mujeres más pobres, con menos educación y contactos hallarán más difíciles de evitar" [2]

Intentando representar este argumento de una manera más ordenada, esta es mi mejor apuesta:


1. Las prohibiciones contra el aborto producen una desigualdad social: son fáciles de evitar por mujeres de más recursos, pero pesan sobre mujeres de estratos sociales más bajos

2. Por lo tanto, para resolver la injusticia de la desigualdad, las prohibiciones contra el aborto deben ser eliminadas.

¿Es esta una buena defensa a favor del aborto? No, no lo es. Tiene por lo menos tres problemas importantes:

1. Las prohibiciones no causan la desigualdad. Así como las prohibiciones en contra el aborto en realidad no fuerzan a nadie a abortar clandestinamente (lo cual concluimos en la entrada anterior de la serie), ellas tampoco producen la desigualdad social de la que habla la única premisa del argumento. ¿Qué pasaría si la legislación que prohíbe el aborto desaparece? Bueno, esta desigualdad seguiría en el sentido de que las mujeres de menos recursos deberían endeudarse o conformarse con un servicio de menor calidad vs. quiénes pueden invertir más. Como vemos, no es culpa de las leyes.

Esta situación en realidad es producida por decisiones. Las mujeres de buena situación económica desembolsan grandes cantidades de dinero para abortar porque están decididas a hacerlo; las que no poseen tantos recursos corren el riesgo con abortos peligrosos por la misma razón. Claramente, la injusticia no es creada por la prohibición (que en esencia afecta a todas las mujeres por igual) sino por la capacidad que tiene el dinero de facilitar el romper la ley (y esto en muchos casos, no únicamente cuando se trata del aborto, como la antigüedad del soborno lo demuestra). En última instancia, la causa de este problema es la terquedad humana, y la decisión de imponerse por encima por encima de la prohibición sin importar el costo, el cual es dinero para algunas, y peligro para otras.


2. No todas las desigualdades son malas. La premisa del argumento asume que la desigualdad es algo que siempre debe ser eliminado (de ahí el paso directo a la conclusión del argumento), pero la verdad es que este no siempre es el caso.

Las personas adineradas, a diferencia de las más pobres, tienen un mayor acceso a drogas fuertes como la cocaína y el éxtasis, pero eso no significa que debamos facilitar a este último grupo la posibilidad de adquirirlas. De igual manera, como mencionamos recién, a las personas con más recursos les resulta más fácil romper la ley (y evitar las consecuencias de hacerlo) a través de sobornos y negocios fraudulentos. ¿Significa esto que deberíamos dar acceso a personas de todos los estratos sociales la misma capacidad de romper la ley, sólo porque algunos lo hacen más fácilmente? Por supuesto que no.

Las barreras sólo deben ser quitadas cuando producen desigualdades con respecto a algo bueno. Si la barrera está impidiendo la realización de algo inmoral o potencialmente dañino, entonces la barrera debe mantenerse en pie, aún cuando existan personas que logren evadirla.


3. Suposiciones ocultas. El punto anterior nos lleva a descubrir algo interesante. Que la desigualdad se considere algo digno de ser eliminado significa que el argumento está asumiendo que el aborto es un derecho, algo beneficioso a lo que todos deberían acceder [3]. Esto de hecho es admitido por el autor en la primera cita ("si las mujeres tienen derecho a decidir [...] esa clandestinidad debe desaparecer") ¿Cómo se llama la situación en que asumimos en la premisa de un argumento lo mismo que estamos tratando de probar? Así es, este argumento comete la falacia de petición de principio, y en realidad no ha demostrado nada.


Si hacemos un recuento de lo que llevamos hasta ahora en cuanto a los argumentos aprendidos, veremos que existe un patrón común en todos ellos: siempre se asume que el no nacido no es una persona (y que por lo tanto el aborto es un tema moralmente neutral) o derechamente, como en este caso, que el aborto es un derecho. Pero cuando nos damos cuenta de estas suposiciones, y las desafiamos, comprobaremos que estas defensas no son sólidas, en absoluto.




Referencias

[1] La Republica - Aborto como derecho 

[2] Public Discourse - Ten (Bad, But Popular) Arguments for Abortion 

[3] Aquí el razonamiento es el siguiente:

1. El acceso desigual a un bien que debería ser libre y accesible para todos es algo inmoral
2. El aborto es un bien que debería ser libre y accesible para todos
3. Por lo tanto, el acceso desigual al aborto es inmoral.

Como este argumento está afirmando que la conclusión es verdadera, y sabemos que la premisa 1 es correcta, entonces es claro que sus defensores asumen que la premisa 2 es verdadera.



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