15 de enero de 2018

En Palabras Simples: Papa (+ Bonus Tracks)


Durante esta semana recibiremos en Chile la visita del Papa Francisco, lo cual ha causado revuelo por distintos motivos. En particular, un reclamo común en las redes sociales es la cantidad de dinero que el gobierno chileno gastará por traer a alguien que no parece aportar nada especial. Claramente, quienes no somos parte de la Iglesia Católica (Romana) podemos entender este cuestionamiento, pero para un creyente de esta tradición la realidad es muy diferente; es casi como si estuvieran recibiendo a Jesús mismo. En este sentido, para entender la importancia de este personaje (y por cultura general cristiana) creo que puede ser útil detenernos un momento para aprender quién es el Papa.

Antes, sin embargo, es necesario introducir algunos conceptos adicionales (que en realidad tampoco están de más en nuestro diccionario cristiano). Comencemos con la palabra obispo, la cual es muy probable que hayan escuchado antes.

Obispo (del griego episkopos, "supervisor" o "guardián") es una autoridad entre los cristianos que generalmente está al cuidado de un grupo de creyentes, dirigiendo y cuidando su buen funcionamiento como congregación. Esta función es tan antigua como la Iglesia misma, pues el Nuevo Testamento registra al apóstol Pablo organizando el liderazgo en las congregaciones cristianas y estableciendo a esta clase de líderes para cuidarlas (como por ejemplo a Timoteo en Éfeso o a Tito en Creta - ver 1 Timoteo 1:3 y Tito 1:5). A pesar de que originalmente en los textos bíblicos y en la práctica [1] [2] no estaba muy clara la diferencia de este cargo con el de anciano, en el siglo segundo el obispo pasó a tener un mayor reconocimiento y a funcionar como el líder de todas las congregaciones cristianas en una ciudad.

Con el pasar del tiempo, la Iglesia adoptó esta manera de renovar su liderazgo: así como Pablo había designado obispos que guiaran y cuidaran a las congregaciones, de la misma manera estos líderes designaron a nuevos creyentes para continuar su labor. Esto sería, más o menos, el principio detrás del encargo del apóstol a Timoteo en su papel de autoridad: "Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros" (2 Timoteo 2:2, NVI). De hecho, su primera carta a este joven líder está llena de consejos e instrucciones acerca de cómo deben ser las personas que él escoja para continuar su labor (1 Timoteo 3:1-12). Esta continuidad es lo que más adelante la Iglesia Católica identificaría -con algunos énfasis especiales- como sucesión apostólica, la idea de que los obispos actuales son el final de una línea continua que se puede seguir hasta su comienzo en los doce apóstoles, los discípulos de Jesús. Según esta tradición, esta herencia es lo que nos asegura que toda la enseñanza que Jesús le dejó a Su iglesia se mantenga segura y libre de cambios y errores.

Un tercer concepto necesario de conocer es el de la supremacía de Pedro. Esta doctrina católica es la responsable de todas esas caricaturas del apóstol Pedro en la entrada del cielo con un gran manojo de llaves que hemos visto. En pocas palabras, la iglesia Católica cree que el pasaje en Mateo 16:16-19 es la prueba de que el Señor puso a este apóstol como el líder de los Doce, y que a él se le dieron poder y autoridad especiales sobre toda la Iglesia cristiana (las "llaves" del reino de los cielos).

Finalmente, la guinda del pastel es la creencia católica de que Pedro fue el primer obispo de la iglesia en Roma. ¿Qué obtenemos, entonces, cuando sumamos la supremacía de Pedro más el obispado de Pedro más la sucesión apostólica? Respuesta: el papado.

El Papa (del latín papa, diminutivo de "padre") no es otra persona que el actual obispo de Roma, el cual por sucesión apostólica es reconocido como el sucesor de Pedro y recibe su autoridad y poder. Técnicamente, el Papa vendría siendo el cristiano más importante sobre la Tierra, quién gobierna la iglesia del Cristo en Su lugar y administra Sus bendiciones [3]. Cuando nos damos cuenta de esto, no es ninguna sorpresa que la gente reaccione con locura frente a él.




Referencias

[1] El pasaje en Tito 1:5-7 parece tratar a los ancianos y obispos de la misma manera, pues Pablo no hace ninguna distinción entre ellos al terminar de hablar sobre unos, y comenzar a referirse a los otros.

[2] El historiador cristiano Justo Gonzalez señala: "Aunque el Nuevo Testamento sí se refiere a obispos, presbíteros y diáconos, estos tres títulos no aparecen juntos, como si fueran tres funciones u oficios claramente definidos que siempre existieron juntos. De hecho, el Nuevo Testamento parece indicar que la organización de las iglesias locales variaba de un lugar a otro, y que por un cierto tiempo los títulos de 'obispo' y 'anciano' -o presbítero- fueron intercambiables. Existen algunos historiadores que se inclinan a creer que algunas iglesias -Roma entre ellas- no eran dirigidas por un solo obispo, sino más bien por un grupo de líderes que algunas veces eran llamados "obispos" y otras veces 'presbíteros'." (The Story of Christianity, ubicaciones Kindle 2195-2205, traducción mía).

[3] El Papa "por razón de su oficio como Vicario [representante] de Cristo, y como pastor de la Iglesia entera, tiene poder completo, supremo y universal sobre la totalidad de la Iglesia, un poder que él siempre puede ejercer sin obstáculos" (Catequismo de la Iglesia Católica, párrafo 882, disponible en línea aquí; nota y traducción mías)




¡Comparte este post!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario