4 de julio de 2022

El Testimonio de la Fe de Abraham (Parte 1)


[Este post es parte de la serie El Testimonio de los Héroes de la Fe, que puedes encontrar completa aquí]


"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios." (Hebreos 11:8-10)

Luego de mencionar a los creyentes antediluvianos Abel, Enoc y Noé, el autor de Hebreos se detiene por un momento y dedica varios versículos para hablar de Abraham, quien es considerado el padre de la fe. Esto no podía ser de otra manera, pues en una discusión sobre la fe, la obediencia y decisión que Abraham mostró frente al llamado de Dios destacan como uno de los mejores ejemplos de la clase de fe que se está predicando, “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). En estos tres versículos, podemos distinguir dos aspectos importantes de la fe de Abraham

"Por la fe... obedeció": La fe inicial de la promesa.


El primer aspecto es la fe inicial en la promesa. "Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció". Esto de por sí es una gran hazaña de fe. Cuando observamos la forma en que se realizó este llamado, podemos notar que el desafío es grande: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre" (Génesis 12:1). Hay un énfasis creciente en la dificultad a medida que la relación es más estrecha: obedecer no sólo implicaba para él dejar su "tierra" o su país, sino también su "parentela" o su familia en general, y más complejo aún, "la casa de tu padre", es decir, su núcleo familiar. Pero su fe pesó más que los lazos más estrechos, y siguió el llamado de Dios.

Por otra parte, si salir y dejar lo propio y lo familiar ya cuesta, salir a un destino desconocido es más difícil aún. Como destaca el autor de Hebreos, Abraham "salió sin saber a dónde iba", pues Dios no le dio esta información durante el llamado, sino que la reservó para el camino: "Vete de tu tierra [...] a la tierra que te mostraré" (Génesis 12:1). Sin conocimiento previo es difícil prepararse para alguna situación, por lo que emprender un viaje sin prepararse es, en muchos casos, arriesgado.

Por si fuera poco, el autor de Hebreos está escribiendo aquí en retrospectiva, sabiendo que a Abraham se le había prometido poseer la tierra; en Génesis, no obstante, podemos ver que la promesa de poseer la tierra no fue dada explícitamente sino hasta que llegó a Canaán (Genesis 12:6-7). Esto significa que los motivos de Dios estaban aún más ocultos para él en el momento de salir, porque no existía una conexión evidente entre la promesa de bendición y el viaje hacia la tierra prometida. No sólo era un misterio el destino: el motivo para llegar a ese destino también estaba encubierto.

Pero a pesar de todo esto, la confianza que Abraham pusó en Dios y en Su promesa fue mayor. Él ejerció fe al creer que la promesa valía la pena y creyó a pesar de su visión limitada, porque confió en el Dios que lo había llamado.


"Por la fe... habitó": La perseverancia de fe en la promesa.


Abraham salió habiendo creído en que se le daría lo que se le habia prometido, pero al llegar tuvo que habitar en la tierra como un extranjero, y no como un propietario. Lo que sería suyo estaba siendo ocupado por los cananeos en ese momento, así que no tuvo otra opción más que vivir en tiendas como un peregrino junto a su familia, moviéndose de lugar continuamente y sin tener nada fijo.

Este contraste entre la promesa y la realidad podría ser un motivo comprensible de desilusión y de negar lo que había creído antes, pero Abraham, sorprendentemente, no dio pie atrás, y "habitó como extranjero en la tierra prometida" por fe, como indica Hebreos. Aún cuando no recibió la recompensa de la promesa inmediatamente -y de hecho, no la recibió durante su vida terrenal- él se mantuvo esperando en fe, creyendo que de alguna u otra manera la recibiría.

¿Cuál fue la razón de la paciencia y de la fe perseverante de Abraham? El autor de Hebreos declara que fue su expectativa: "Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida [...] porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (vv. 9-10) Esperando que Dios proveyera su herencia terrenal, Abraham descubrió que esta vida más que ser el fin en sí misma, era el camino hacia la verdadera herencia, la que era permanente. La promesa era una que tenía un cumplimiento espiritual, más que terrenal.

Es en este sentido que se describe a Abraham como alguien que esperaba una ciudad "que tiene fundamentos": en contraste con las tiendas que se levantan y se mueven, la verdadera tierra prometida de Dios es una que tiene cimientos, una habitación permanente y eterna, la Jerusalén celestial que el autor también menciona en Hebreos 11:13-16; 12:22-24 y 13:14, y que ha sido diseñada y construida, ideada y ejecutada, por Dios mismo, perfecta en belleza y calidad.


Lecciones prácticas


Como aprendimos con Noé, la fe no es confianza infundada. En este caso se aprecia aun más claro que la fe es confianza en lo verdadero, más allá de lo visible: es creer en la veracidad de la palabra y las promesas de Dios, considerándolas más ciertas y seguras que las mismas circunstancias de vida. Conlleva el creer que Dios tiene el poder aún de cambiar esas circunstancias, o de sostenernos en medio de ellas.

La fe de Abraham, por lo tanto, es un desafío para nuestros tiempos, en los que nos acostumbramos tanto a movernos dentro de nuestras zonas de seguridad. El ejemplo de este patriarca nos invita a que nos atrevamos a ponernos en marcha cuando las circunstancias parecen estar en contra, y a permanecer creyendo cuando las dificultades persisten, confiando en que las promesas que Dios nos ha dado se cumplirán sin falta.





A menos de que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960 (RVR60)
Foto: "Bible Primer 19 7. Gods Covenant With Abraham" por Adolf Hult (1919) en Flickr



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