15 de enero de 2015

Constantino, el Concilio y el Canon: Examinando la Conspiración Que "Creó" el Nuevo Testamento


Una de las objeciones que se ofrecen comúnmente contra la Biblia tiene que ver con el concepto de canon que aprendimos en el post anterior. Según algunas personas, tenemos una imagen distorsionada (o derechamente falsa) del Jesús histórico, de Sus palabras y hechos, porque los libros que componen el Nuevo Testamento fueron escogidos con el propósito de conservar el poder y los beneficios de un grupo específico.

También está la opción de que este grupo no buscara poder político, sino más bien reconocimiento y fama en el ámbito intelectual. Algunas personas ven el Nuevo Testamento como un gran ejemplo de que "la historia la escriben los vencedores", pues sostienen que luego de la muerte de Jesús aparecieron no uno, sino varios grupos de creyentes con sus propios Evangelios y enseñanzas. Estos "otros Cristianismos", sin embargo, habrían sido silenciados y olvidados cuando uno de los grupos alcanzó a tener la influencia suficiente para decidir qué libros serían sagrados y qué libros serían rechazados.

Detalles aparte, la idea es que los textos incómodos y escandalosos habrían quedado fuera de la selección, mientras que los libros inofensivos y convenientes se incluyeron o mantuvieron. De esta manera, quién escogió los libros del Nuevo Testamento literalmente creó al Jesús que resultaba mejor para sus planes, y que la Iglesia ha presentado como el Jesús real hasta hoy. El Cristianismo sería el mejor fraude de la historia, con más de 2000 años de éxito.

Particularmente, una de las variantes más populares de esta teoría de la conspiración es la que presenta la novela "El Código DaVinci". Según el libro, el emperador romano Constantino sería el responsable de haber escogido los textos que forman nuestro Nuevo Testamento [1].
También se menciona a veces al Concilio de Nicea como la oportunidad en que los libros fueron seleccionados. Teniendo presente la idea de la conspiración, quiero invitarles a examinar más de cerca a estos posibles sospechosos y a decidir cuánto hay de cierto en esta teoría.

Un poco de historia


Constantino I, o Constantino el Grande (272-337 d.C.) es un personaje especial dentro de la historia de Roma y del mundo. Fue el primer emperador en declararse cristiano, pues llegó a creer que la ayuda y protección de Dios eran la causa del éxito de su reinado [2]. Junto con otorgar distintos beneficios sociales y económicos a los cristianos (que hasta ese momento habían sido perseguidos), Constantino realizó un importante cambio en el año 313 al proclamar el Edicto de Milán, una orden que establecía que los creyentes eran aceptados legalmente entre las religiones del Imperio y debían ser tolerados y restituidos de todo abuso que se les hubiera hecho [3].

Durante los siguientes años, la Iglesia empezó a inquietarse por una fuerte discusión teológica sobre la naturaleza de Jesús. Mientras que una parte de los cristianos creía que Jesús era Dios y hombre al mismo tiempo, otros sostenían que Él no era Dios, sino más bien la primera y más especial creación del Padre. Si Jesús era el Hijo de Dios, eso significaba que debía "provenir" de Dios, y que por lo tanto, tenía que haber sido creado por Él de alguna manera. Esta última postura (la misma que mantienen los Testigos de Jehová) es llamada Arrianismo en honor a su fundador, un líder de la iglesia de Alejandría (Egipto) llamado Arrio.

En su preocupación por mantener la paz y el bienestar de la sociedad -y específicamente, de los cristianos- Constantino citó en el año 325 a una gran reunión de obispos (los líderes de las iglesias en cada ciudad) para solucionar el debate en la ciudad de Nicea. Esta reunión es la que se conoce como el Primer Concilio de Nicea, la primera convocatoria importante después del Concilio de Jerusalén (registrado en Hechos 15).

Es en esta oportunidad donde los libros del Nuevo Testamento habrían sido seleccionados y "santificados", según nuestra teoría de la conspiración. Sin embargo, el ambiente histórico no parece favorecer mucho esta idea, ¿cierto?


Una conspiración es demasiado trabajo


Al estudiar el propósito del Concilio de Nicea es fácil darnos cuenta de que éste no tiene ninguna relación con la formación de la Biblia. Su principal objetivo era llegar a un acuerdo en el tema de la naturaleza de Jesús, y eso fue lo que hizo [4]: luego de que cada parte argumentara sus razones, la votación de los obispos fue casi unánime a favor de la posición tradicional: Jesús es verdaderamente Dios hecho Hombre, y por lo tanto no es un ser creado. Esta decisión quedó plasmada en lo que se conoce como el Credo Niceno. Si bien es cierto que el Concilio tocó algunos temas secundarios, ninguno tiene que ver con el canon del Nuevo Testamento. No se tiene ningún registro de que este tema siquiera haya sido mencionado [5].

¿Y Constantino? Según se registra, el Emperador estuvo atento a los discursos de ambas partes, y decidió atenerse a la decisión de los obispos [6]. No hubo influencia en la votación del Concilio.

En resumen, el tema de "seleccionar" o "crear" un Nuevo Testamento no estaba en el programa de nadie. Y aunque hubiera estado, habría sido una tarea bastante difícil: por más que Constantino estuviera interesado en santificar o quitar ciertos libros, lo más probable es que la Iglesia no se hubiera sometido a la decisión de un solo hombre en un asunto tan importante. Por más poder que hubiera sido ejercido por el Emperador en el Concilio, varios de los obispos asistentes tenían en sus cuerpos las cicatrices y mutilaciones de persecuciones anteriores [7], y no habrían tenido temor de resistir una orden así.

Además, hasta la época de Constantino la Iglesia no tenía poder político, así que no existían muchos beneficios que mantener seleccionando una u otra historia acerca de Jesús. En ese momento tampoco existía una estructura central que pudiera influenciar o tomar autoridad sobre las iglesias de cada región para imponer su propio "Nuevo Testamento".

Finalmente, hay una razón por la que cualquier teoría conspirativa simplemente no funciona. Conversando con mi esposa sobre este tema, ella rápidamente llegó a la misma conclusión que yo sin que le hubiera mencionado nada: "¿Quién puede obtener ganancias de un libro que sólo te ordena amar a Dios y hacer bien a tu prójimo?". Bingo. ¿Por qué alguien seleccionaría un Nuevo Testamento que predica contra el egoísmo, la avaricia, el orgullo y la mentira? ¿Dónde está la ventaja de poner las necesidades de otros al mismo nivel que las propias? ¿Quién puede salir beneficiado amando a su enemigo? A las únicas personas que les conviene un Nuevo Testamento así es a quienes se reconocen pecadores, y están en busca de un Salvador que les muestre compasión. Si una conspiración seleccionó estos libros, claramente fue una dirigida por Dios, no por las personas.


El Nuevo Testamento llegó antes que cualquier conspiración


A decir verdad, puede ser que esta teoría haya nacido de un acto posterior de Constantino: en el año 331, el Emperador solicitó 50 "copias de las Sagradas Escrituras" al obispo Eusebio de Cesarea, para ser usadas en la iglesia de Constantinopla [8]. Esto pudo dar lugar a la idea de que Constantino tuvo algo que ver con la decisión de los libros, pero en realidad, este mismo hecho nos debería llevar a preguntarnos ¿Cuáles eran las "Sagradas Escrituras" que Constantino pidió? ¿Pudiera ser que el canon ya estuviera definido para este momento de la historia?

Lo mismo ocurre con respecto al Concilio de Nicea. ¿En base a qué criterio, y con qué argumentos se juzgó que Cristo era Dios? ¿Basado en que razones fue que Arrió llegó a la conclusión de que Jesús había sido creado? Parece ser que, de alguna forma, la Iglesia ya tenía un Nuevo Testamento en el año 325, y era precisamente las diferentes formas de interpretar estas Escrituras lo que estaba causando los debates.

Efectivamente, ese es el caso, pero lo dejaremos para otro post más adelante.



Referencias

[1] Dan Brown, The DaVinci Code, pp. 313, 317

[2] Peter Brown, The Rise of Christendom, 2nd edition, p. 60

[3] Paul Halsall, Galerius and Constantine: Edicts of Toleration 311/313, Fordham University; (accesado el 12 de Enero de 2015)

[4] Philip Schaff, Nicene and Post-Nicene Fathers Series II, vol. 14: The Seven Ecumenical Councils, p.39

[5] Bart Ehrman, Truth and Fiction in the DaVinci Code, pp. 15–16, 23, 93

[6] Philip Schaff, Nicene and Post-Nicene Fathers Series II, vol. 2: Socrates and Sozomenus Ecclesiastical Histories, capítulo 20

[7] Timothy Barnes, Constantine and Eusebius, pp. 214–215

[8] Eusebio, La Vida del Bendito Emperador Constantino, libro 4, capítulo 36


Lecturas Recomendadas

Emperor Constantine - Did he create our Bible? - Garry Williams

Ten Basic Facts about the NT Canon that Every Christian Should Memorize: #8: "The NT Canon Was Not Decided at Nicea—Nor Any Other Church Council" - Michael Kruger



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